No vamos a descubrir nada si hablamos de John Coltrane pero siempre es buen momento para volver a escuchar sus discos y repasar su trayectoria. Es, junto a Charlie Parker, Miles Davis, Louis Armstrong y Dizzie Gillespie, una de las piedras angulares del jazz, cada uno en su época y en su estilo marcó una nueva etapa. Coltrane es el último de ellos, fue él quien dio un paso más en la historia del jazz, el que hizo con sus solos de saxo que ya nada fuera lo mismo. Los virtuosos no son artistas, pero en el caso de Coltrane se unía el virtuosismo de un talento descomunal para la música con una personalidad visionaria e inconformista de permanente búsqueda, de exigencia, de ir más allá. Y escuchando A love supreme todos sabemos lo que eso significa y hasta qué punto llegó él en su exploración. Tan lejos que nadie ha podido seguirle.
Inicios musicales
Nacido en 1926 en una familia de clase media baja de Carolina del Norte, desde muy niño John Coltrane estuvo relacionado con la música, gracias a su madre que cantaba y tocaba el piano, y a sus abuelos que eran pastores metodistas. La música religiosa y comunitaria fueron los terrenos en los que el pequeño John empezó a desarrollar su talento, primero con el clarinete que tocaba en la orquesta de la iglesia, y más tarde, ya en el instituto, con el saxo. A lo largo de su corta e intensa vida, el saxo tenor y soprano fueron siempre sus instrumentos, aunque en ocasiones tocó el saxo alto, la flauta y el clarinete bajo.
El apellido de Coltrane lo adoptó de su segunda mujer, la pianista de jazz Alice Coltrane, y de ahí su apodo, Trane, por asemejarse a un tren que circula sin control. En sus inicios en el mundo del jazz estuvo unido a Dizzie Gillespie al que acompañaba con su banda desde 1949. Después fue pasando por otros pequeños grupos del área de Filadelfia, donde vivía. Fue a partir de los años 50 cuando despuntó su carrera como músico destacado y con cada vez mayor proyección y una voz propia.
Su legado
La huella dejada por John Coltrane es inigualable. En su haber cuenta con una discografía extensísima, compuesta por sus discos –obras maestras como Blue train o Giant Steps- pero también por sus directos que fueron saliendo a la luz después de su prematura muerte, por cáncer de hígado, en 1967 con tan solo 40 años. A partir de mitad de la década de los 50 fue el apogeo de su carrera musical aunque existen grabaciones suyas siendo un niño. Compartimos este vídeo que seguro que los amantes de la buena música sabrán apreciar http://youtu.be/jj0HTcSKX1Q. Jazz en estado puro para poder disfrutar de este maestro.
Coltrane era la vanguardia y la creatividad sin fin como representante del post-bop, frente al be-pop cuyo máximo exponente fue Bird, Charlie Parker. Fue el primero que extendió los solos de jazz sin atender a ninguna limitación sino a las necesidades expresivas del intérprete, del músico. Inició el jazz moderno, ejerció una importante influencia en otros músicos así como en las generaciones venideras, y colaboró con sus contemporáneos (Thelonious Monk, Wilbur Harden, son sólo algunos). Aportó su sello en obras míticas como Milestones y Kind of blue, junto a Miles Davis, que, con Coltrane se vio relanzado ya que en aquel momento –finales de los cincuenta, principios de los sesenta- estaba en horas bajas.
Y en 1964 grabó la que es considerada su obra maestra, A love supreme, una pieza lírica dividida en cuatro partes y basada en un único ostinato de bajo. Todo lo que caracteriza a John Coltrane está contenido en ese disco en su estado más puro. La espiritualidad con que dota a su creación, la entrega a su arte, su compromiso para ir siempre más allá, la cadencia, el fraseo sin fin, las capas y capas de su mensaje musical. El amor del que habla en el título es un amor por algo superior, que siempre estuvo muy presente en su vida. Como dato curioso, señalar que existe incluso una Iglesia dedicada a su culto en San Francisco.
“Eso es la música para mí: sencillamente una posibilidad entre otras muchas de manifestar que vivimos en un mundo formidable y magnífico, que recibimos como regalo…”.
En esta cita se ve perfectamente la forma de vivir de John Coltrane, con pasión y sin mesura. En el Atelier de Celia se pueden encontrar todos los complementos, cañas, boquillas, etc. necesarios para un saxo, e intentar de algún modo muy humilde interpretar sus composiciones, todavía hoy tan enigmáticas y complejas.